domingo, 6 de febrero de 2011

...y volver a ser niños

…y volver a ser niños. Garabateando de manera que primero dibujemos y sea después , cuando veamos el resultado, cuando le demos nombre.
‘’Puede decir que va a dibujar una casa pero al final del proceso designa el resultado como un sol’’
¿Por qué?
‘’Porque no distinguen entre lo que es fácil de dibujar, lo que es menos fácil y lo que es imposible dibujar ya que no es tangible’’
¿No es un procedimiento válido? ¿No es realista? ¿No son metas fácilmente alcanzables adaptándonos a lo que dicte la sociedad, cumpliendo los requisitos que esta nos marca? ¿Como si solo sus normas fueran válidas  y asumiendo que la realidad no es otra más que la que ella nos permita?
No, no son realistas. No son objetivos ni son metas fácilmente alcanzables. Pero es así como se construyen los sueños. La imaginación de un niño que deja ver ingenuamente en cada dibujo sus más profundos pensamientos y sus deseos.
Pero son esas pocas personas que se atreven a imaginar y dejarse ser niños de nuevo a los que admiramos por sus sueños y metas irrealistas que tanto nos atraen cuando las consiguen. Pero que como cobardes el resto callamos y dejamos escondidas en lo más profundo de nosotros mismos.
Esos pocos locos que se atrevieron lo conseguirán. Y no por locos, por atrevidos ni por entusiastas. Sino porque simplemente el día en que se fijaron sus metas fueron niños que no entendían los límites de los mayores. Que simplemente soñaban con aquello que les hacia felices y lo persiguieron sin pensar en nada más. Mientras otros hacían en esos dibujos aquello que creían que se esperaba de ellos, sin volcar en ellos apenas ni un poco de su mundo interior.
Solo esos pocos que se atrevieron a dibujar sin miedo y sin reprimirse son aquellos que han conseguido sobresalir de esa rutina de nuestra sociedad en la que nadan sus habitantes. Como peces en un estanque que en realidad podría ser mar , por pensar que no eran realistas sus sueños. Cuando lo único que pasa es que a estos sueños, nadie los quiso lo suficiente para luchar por ellos.
Pero como siempre, el camino fácil, resignarnos, vivir una vida mediocre con respecto a nuestro verdaderas ambiciones y seguir buscando excusas y culpabilizar a cualquier otra cosa que no nos implique.
Solo son capaces de volar aquellos que no temieron caer, sino quedarse anclados en tierra